Generalmente no escribo sobre temas de política local - dejo esa tarea a los columnistas más especializados y con mejor conocimiento, como mis estimados Luis Figueroa o Marta Yolanda Díaz-Durán, pero este último caso es tan especialmente notorio que me cuesta resistirme a exponer mi opinión.
Según noticias de Prensa Libre del día de ayer, el presidente Alvaro Colom, electo por el 53 ó 54 por ciento del 60 por ciento o algo así de los votantes inscritos (o sea por la minoría) se ha "disparado" varios viajecitos a bordo de aviones privados "prestados" por sus amigos empresarios.
Dejando a un lado el tema de que el presidente "social-demócrata" tenga amigos en la odiada "cúpula empresarial", no entiendo cómo se puede aceptar que el supuesto representante de los intereses de los guatemaltecos utilice recursos ajenos al estado y que involucran un favor que, yo entiendo, es personal.
En temas de ética y conducta empresarial, esto se llama y es, claramente, un CONFLICTO DE INTERESES. El concepto de conflicto de intereses, obviamente algo ajeno y distante a esta clase política corrupta que pretende gobernarnos, es que una persona no puede ni debe aceptar favores o regalos que pudiesen influenciar su juicio al momento de tomar decisiones relevantes al desempeño de sus labores. En el caso del presidente, él no debe aceptar esos favores de personas que puediesen verse afectadas positiva o negativamente por políticas de estado en las que la decision depende o pueda ser influenciada por el mismo presidente.
Aplicado a mi trabajo, yo no puedo aceptar regalos o favores de mis clientes, quienes después me pueden pedir descuentos o términos más favorables de crédito. Obviamente, el haber aceptado un regalo o favor ya me compromete o influencia a dar una respuesta positiva al planteamiento económico a favor del cliente (y en contra de la empresa para la que trabajo).
En mi limitado entendimiento, no veo cuál deba ser la distinción entre la ética empresarial y la de estado. Igual el presidente no debe tener sus juicios o integridad comprometidos con alguien que le hace el "pequeño" favor de prestar una aeronave, con valor de varios millones de dólares, para un viaje de mínimo 6 horas de vuelo. Entre el costo directo del vuelo, sueldos y viáticos de los pilotos, podemos hablar de un regalo ó favor de unos 10 ó 12 mil dólares. Si eso no compromete el juicio del presidente, por favor díganme qué otra cosa puede haber, especialmente porque no ha sido la única oportunidad en que esto ha acontecido.
Si el presidente fuera uno de mis reportes directos en la compañía para la que trabajo, yo ya lo hubiera despedido por su falta de criterio y ética en el trabajo. Los guatemaltecos debemos terminar con estos abusos y despedir a los políticos incompetentes, faltos de ética y corruptos que pretenden dirigir el país según su mejor conveniencia y no la mejor conveniencia del pueblo.
El presidente Colom debe ser despedido ú obligado a renunciar. Su conducta personal deja mucho que desear.