Saturday, October 18, 2008

¿Son buenos los precios bajos del petróleo?


En marzo, estaba escribiendo yo sobre los precios altos del petróleo. Es un interesante signo de la debacle económica en la que estamos inmersos el hecho de que, hoy, esté escribiendo sobre lo contrario: El petróleo está barato. De hecho, extremadamente barato.

Si han leído mi artículo anterior ya saben que pienso que el precio del petróleo, cualquiera que sea, es muy bajo. Los combustibles fósiles, en general, son un recurso finito y tienen una fecha de expiración. Cuál es esa fecha es, por supuesto, objeto de muchísima controversia pero la controversia misma es sobre la duración de las reservas y no sobre el agotamiento de las mismas: esto último es un hecho.

Y la reciente baja a niveles de hace dos años ($70 por barril) es extremadamente preocupante. Preocupante, por varias razones:

  • Disminuye el incentivo para buscar fuentes alternas de energía que, de momento, no son rentables (eólicas, solares, etc.)
  • Se fomenta el "consumismo" - ya está incrementando el tráfico en las calles, con el consiguiente aumento de la contaminación atmosférica, como si no era problema ya.
  • Disminuye el incentivo de las compañías petroleras para invertir en explotación de yacimientos de difícil acceso (las arenas bituminosas, los pozos en aguas profundas, etc.)
  • Con la disminución de los valores de los activos de estas grandes compañías petroleras, se incrementa la posibilidad de "mergers and acquisitions" - la consolidación de la industria se acelerará y se disminuirá la competencia, lo que únicamente puede afectar al consumidor en forma negativa.
Ya los "caciques" de la OPEC adelantaron su reunión del 18 de noviembre al 24 de octubre, para discutir una disminución de la producción. Es bien conocida la postura de este organismo respecto al precio, el cual desean mantener en un nivel de 80 a 90 dólares por barril. La presión para alcanzar ese nivel de precio va a ser intensa. Irán y Venezuela necesitan precios arriba de 95 dólares por barril para mantener sus presupuestos nacionales balanceados; otros países, como Rusia, dependen de las exportaciones de petróleo y gas natural como principal fuente de divisas extranjeras. Si bien yo, personalmente, no lloro por los iraníes, rusos y (menos!) por el comandante venezolano, no puedo dejar de creer que el resultado de la próxima reunión va a ser un anuncio de un recorte en la producción de uno y medio a dos millones de barriles diarios, lo cual, seguramente, motivará a detener, si no a revertir, la presente caída de los precios.

Pero el problema de fondo sigue siendo el precio tan bajo del petróleo. Quién hubiera dicho que a 150 dólares por barril todavía habría mercado para el preciado líquido y que se avisoraba un precio de 200. Lo escandaloso no es que haya llegado a 150 sino que hay gente que estaba dispuesta a pagar 200.

Y eso, señala mi punto: el recurso finito debe tener ese tipo de precio escandaloso. No podemos pensar que, después de 125-150 años de consumo desenfrenado, vamos a tener petróleo para los próximos 125-150 años de la misma locura. Nadie se cree eso. Lo más, tendremos para 50 ó 60 años más y después, se acabó. Endgame.

Así que, pensando críticamente y aplicando nuestro ojo escéptico a la situación, los precios bajos son bien bien bajos y malos malos malos.

Aclaración: al contrario de lo que me ha sido señalado, no tengo acciones de ninguna de las compañías petroleras. Afortunadamente.

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