Tuesday, October 5, 2010

Revisando mis archivos...


Revisando mis archivos me encontré este discurso que escribí para la inauguración de la sala de ventas de Jaguar en Puerto Rico, en mayo de 2000. Uno de los buenos recuerdos de mi trabajo de más de 20 años con la Gran Petrolera y un buen recuerdo de uno de mis mejores jefes, así como una memoria agradable de mis tres años como "expat" en Puerto Rico. La foto que acompaña me la tomaron ese día.

Buenas tardes.

Agradezco a Ralph y a Jaime la oportunidad que me dan de dirigirme a ustedes esta noche, oportunidad que voy a aprovechar para hablarles del desafío que representa el desarrollar un producto como Havoline Energy y el desafío mayor que representa el mejorar un producto como Havoline Energy.

Yo creo que es claro, para todos nosotros, que la sociedad actual se enfrenta al tremendo reto de conservar y proteger el medio ambiente. Y ese reto representa, al mismo tiempo, conservar los limitados recursos naturales de los que disponemos. Con esta premisa, en 1992, nos dimos cuenta, en Texaco, de la necesidad de desarrollar, en colaboración con los fabricantes de automóviles, un aceite de motor que contribuyese a las necesidades, de ese momento y del futuro, en el sentido de reducir las emisiones de gases como el CO2, que es uno de los contribuyentes al efecto de invernadero y el calentamiento global; y de reducir el consumo de gasolina, que está relacionado también con las emisiones de CO2. Surge la inquietud, naturalmente, de cómo el aceite puede influir en estos factores. Para entender esto pongámonos por un momento en los zapatos del fabricante del motor del automóvil. Para él, el aceite lubricante es un componente más del motor, un elemento que tiene fricción y que requiere de potencia para ser bombeado por el interior de ese mecanismo. Sin embargo, a diferencia de otros componentes del motor, el aceite puede ser reemplazado con relativa facilidad; es cuestión únicamente de remover un tapón y un filtro, drenarlo y colocar aceite nuevo. Por otra parte, los dispositivos del motor que pueden reducir las emisiones de gases dañinos a la atmósfera, tales como catalizadores y sistemas especiales de inyección de combustible, son extremadamente costosos en su desarrollo, en términos tanto de tiempo como de dinero. Desde esa perspectiva, el desarrollo de un aceite lubricante, con mejores características de fricción (léase, con menos fricción interna) y que sea, por lo mismo, más fácil de bombear y consuma menos potencia durante la operación del motor, se vuelve sumamente atractiva, especialmente por el hecho de que el desarrollo lo paga el fabricante del aceite y no el fabricante del vehículo.

Este aceite que se pretendía desarrollar, en 1992, tenía que cumplir con varias restricciones: reducir más la fricción que un aceite convencional; ser más fácil de bombear, lo que implica un lubricante de baja viscosidad; pero al mismo tiempo proteger de igual manera o mejor a todos los componentes del motor contra el desgaste y la acumulación de depósitos; en pocas palabras, cumplir con todos los requisitos de rendimiento de los motores existentes en ese momento y en el futuro cercano mientras que debía permitir reducir el consumo de energía dentro del motor y, por lo tanto, ahorrar combustible y reducir las emisiones de gases. Por si esto fuera poco, tenía también que ser un producto relativamente económico, lo que inmediatamente descartó el uso de costosos fluidos sintéticos.

El equipo de investigación y desarrollo de Texaco en Gent, Bélgica, utilizó aceites bases minerales no convencionales, de los llamados Grupo III y un paquete de aditivos único, para formular el producto Havoline Formula 3 Energy 5W30. Inicialmente, se vendió únicamente a los fabricantes de vehículos europeos, para llenado en fábrica. Y tengo que decirles que Texaco tuvo un éxito extraordinario y difícil de igualar en el negocio de llenado en fábrica en Europa. Hubo un momento, entre 1996 y 1997, en que el 100% de los fabricantes de vehículos europeos usaban Havoline Formula 3 Energy en sus vehículos nuevos. Hablamos de marcas como Jaguar, Ford, Rover, Mercedes Benz, BMW, Volkswagen, Volvo, Renault, etc. Aún más, algunos de los fabricantes reescribieron sus requerimientos para aceite de llenado en fábrica alrededor de las características de Havoline Formula 3 Energy 5W30. Está de más decir que la introducción del Havoline Energy en los mercados europeos y asiáticos ha sido un éxito resonante. Se han realizado un sinnúmero de pruebas, por organizaciones independientes de Texaco, que han comprobado la capacidad de Havoline Energy para reducir el consumo de combustible. Ejemplos: en España, el Ministerio de Industria comprobó alrededor de 6% de economía de combustible, comparado con un aceite convencional; en Tailandia, la Universidad de Tecnología Thonburi del rey Mongkut comprobó entre un 3 y un 6% de economía, dependiendo del vehículo; en China, el Ministerio de comunicaciones comprobó un 2% de incremento de economía de combustible comparado con un aceite sintético; y lo mismo en Australia, Sudáfrica, Malasia, etc. Si todos los vehículos que circulan en Puerto Rico utilizasen Havoline Energy y lográsemos conseguir al menos un 3% de economía de combustible en cada uno de ellos, eso equivaldría a 38 millones de galones al año o alrededor de 50 millones de dólares en ahorros por consumo de combustible.

Y no hemos hablado del intervalo de cambio. La economía de combustible se mantiene durante toda la vida del aceite, que puede ser fácilmente de 6,000 millas entre cambios.

¿Qué nos depara el futuro? Esperamos tener un nuevo producto para fines de este año, para ser utilizado en los vehículos de modelo 2001. La industria automovilística está modificando las especificaciones para los aceites de motor este año y, obviamente, el Havoline Energy de nueva generación deberá cumplir con todos los requerimientos de los fabricantes. Adicionalmente, se espera mejorar la economía de combustible y extender el período de cambio; se habla de la capacidad de llegar a 20,000 millas entre cambios de aceite, aunque es poco probable que los fabricantes recomienden intervalos de cambio tan largos.

Con todo esto, pretendo mostrarles el compromiso de Texaco con sus clientes y con el medio ambiente. Recuerden que hay tres formas de conservación: reutilizar, reciclar y reducir. No vamos a hablar hoy de reutilizar y reciclar pero sí de reducir: reducir el consumo de combustible, a través de un aceite lubricante conservador de energía y reducir el uso de lubricante, a través de un intervalo de cambio más largo. Todo esto sin sacrificar, en lo más mínimo, la protección de los componentes del motor. Esta es la base de nuestro compromiso y de nuestro liderazgo tecnológico en la industria, con productos como Havoline Energy. Muchas gracias.


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Sunday, October 3, 2010

¿Dogmatismo en el movimiento libertario?

En las últimas semanas y meses se me ha hecho cada vez más incómoda la postura de algunos de mis amigos libertarios en cuanto a algunas situaciones que, para mí, son evidentes y que ellos insisten en negar.

Esta incomodidad no cambia mi postura libertaria en lo absoluto; sigo pensando que el gobierno es un "mal necesario" y resiento cualquier intervención de las autoridades que afecta mis derechos y libertades. Lo que no quiero es tomar esa postura como un extremo dogmático y decir que el gobierno no debe intervenir en ninguna de mis actividades...

El tema que ha motivado la mencionada incomodidad es el del cambio climático. Cualquiera que esté sujeto a los derrumbes en las carreteras y otras consecuencias de estas continuas lluvias durante los últimos meses, que han trastornado completamente mis rutinas e interferido con mi amada libertad de locomoción (sin mencionar el costo en términos de sufrimiento humano), no ve mucho problema en aceptar el hecho de que experimentamos cambios en el clima. Más importante que el temporal, porque temporales hemos tenido en el pasado, es el cambio en los patrones de temperatura de los oceanos. La formación de tormentas tropicales al sur de las costas de México es algo inaudito. Y si nos vamos a buscar otras pruebas de cambio climáticos, podemos referirnos a los estudios de avanzada de las compañías petroleras, que ya están pensando en comenzar a explorar en el oceano Ártico, en vista del retroceso del casquete polar.

Así que, desde mi punto de vista, el querer negar el cambio climático, llámesele calentamiento global o como sea, es similar a la negación del Holocausto o del VIH como vector del SIDA. Sin embargo, organizaciones libertarias como el Cato Institute, rehusan aceptar el cambio climático y muchos de mis conocidos y amigos libertarios siguen esa corriente.

La preponderancia de la evidencia científica es a favor del cambio climático, con una fuerte probabilidad de que sea de origen antropogénico. Y me siento cómodo expresando esa postura sin ser admirador ni seguidor de don Al Gore.

Desafortunadamente, en el caso del cambio climático, no hay otro actor que los gobiernos para regular las actividades humanas que pudieran influenciar el aumento de los gases de invernadero. Pensar que el mercado va a resolver este problema y todos los demás y que las personas, de su libre voluntad, van a actuar en unísono para el bien común es similar a pensar que el comunismo funciona porque los humanos son tan bondadosos que todos van a trabajar aunque no se les pague porque "algunos necesitan de su ayuda".

Y todos sabemos que una de las causas del fracaso del comunismo fue la extremadamente baja productividad del sistema económico donde, en las palabras de los mismos afectados, "nosotros hacemos como que trabajamos y ellos hacen como que nos pagan".

El pretender dejar en las manos de la gente la realización de metas conducentes al bien común es una ilusión. En eso, tanto los libertarios como los objetivistas estarán de acuerdo conmigo, porque los seres humanos somos muy egoístas y actuamos únicamente en función de nuestros intereses particulares.

No se piense que yo también me estoy engañando pensando que los políticos que manejan el o los gobiernos son también benevolentes... ese es un problema adicional que tenemos que afrontar los votantes.


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