Monday, May 4, 2009

El ¿complicado...? caso de Fernando Lugo

Foto de Quién me escondió los zapatos, blog chileno con un artículo sobre el obispo/presidente Lugo

"Los hombres rara vez tienen el valor suficiente para ser o extremadamente buenos o extremadamente malos."
Nicolás Maquiavelo

El día de hoy leí la columna del Lic. Mario Antonio Sandoval en Prensa Libre, con profundo desacuerdo. El Lic. Sandoval indica que no es válido criticar a la Iglesia Católica en base al mal comportamiento de algunos de sus miembros como el obispo Fernando Lugo, ahora presidente de Paraguay y obispo de por vida, según indicó el Papa Ratzinger (aparentemente la condición de obispo es de por vida, al igual que la de sacerdote, por lo que no es correcto decir ex-sacerdote o ex-obispo).

No podría estar en mayor desacuerdo con esa afirmación.

Hay dos motivos principales para criticar a la Iglesia Católica cuando ocurren estos desatinos. El primero, tal vez el más evidente, es la imposición de un estándar de vida que no es congruente con la condición humana. Pocos son los hombres (ó mujeres) que realmente pueden y quieren llevar una vida de celibato, con orgullo y alegría. La verdad es que la imposicion del celibato obliga a la hipocresía a muchos, si no la mayoría, de los miembros de la curia, ante la imposibilidad de reconciliar las normales inclinaciones humanas con los mandatos de Roma.

Puede argumentarse que los que ingresan al sacerdocio católico están sabidos de lo que les espera. Puede ser. Pero encuentro dos razones para debatir este argumento: el primero, que la mayoría de los aspirantes ingresan al seminario a temprana edad, algunos apenas terminando la adolescencia, por lo que no estoy convencido que entiendan completamente la extensión de las prohibiciones a las que se enfrentarán. El segundo, que no estoy convencido tampoco de que todos los que ingresan al sacerdocio están dispuestos a cumplir los mandatos. Desde el mismo seminario comienzan los escándalos.

El segundo motivo para la crítica es la poca o ninguna sanción de las autoridades eclesiásticas a sus miembros renegados. Normalmente cuando el cura comienza a tener problemas en una parroquia, lo trasladan a otra y luego a otra, hasta que el individuo termina su carrera. Esto se hizo muy evidente en la serie de escándalos por abuso infantil que se dió en Estados Unidos hace algunos años y que costó a la Iglesia Católica muchos millones de dólares. Solo en la arquidiócesis de Los Angeles, la compensación a las más de 500 víctimas fue de US$660 millones.

De esto último tengo, personalmente, evidencia muy cercana. Una señora conocida (nombres falsos para proteger a los inocentes y culpables), doña Rosita, visitó al parroco, monseñor Juventino por una situación relacionada a trabajos en la iglesia. Siendo el final de la tarde, monseñor estaba ya en estado altamente etílico y agredió físicamente a doña Rosita, a golpes y manoseos. No contento con esta agresión, monseñor amenazó a la señora de muerte, si se quejaba de lo sucedido. Siendo doña Rosita uno de los pilares de la comunidad, inmediatamente se dirigió al arzobispado para presentar una denuncia contra monseñor Juventino. Fue atendida por otro monseñor, ya fallecido y relacionado en su momento con un asesinato de alto perfil, quién le dijo "Tenga paciencia doña Rosita, ya monseñor Juventino se va de vuelta a su país en unas cuantas semanas." Nuestra amiga, horrorizada, le recordó al presbítero que había sido amenazada de muerte, a lo cual el piadoso monseñor contestó "Confíemos en Dios que no sea así".

Rara vez he encontrado una cita que refleje más apropiadamente el tema de una nota. Maquiavelo entendía bien el dilema al que se enfrentan aquellos que se suponen deben ser nuestros ejemplos morales y guías espirituales en el camino de la vida. Requiere demasiado valor cumplir con ciertos compromisos y es más fácil ser hipócrita. Especialmente cuando el sistema lo fomenta.


3 comments:

elultimodepaz said...

Mi abuelo Chente decía:
Por lo poco se conoce lo mucho.
Por la pluma se conoce al pájaro y
por la forma de agarrar la cuchara al hartón.

Todos, mi querido amigo, todos conocemos de primera mano una historia como la que contás del obispo, "y su sobrina", cubriendo a un colega.

No cabe duda que la iglesia está poniendo a emitir opinión a las plumas que están a su servicio.

Roddo said...

Por estos días, uno de los ministros de Lugo sigue sus pasos... Fue sorprendido en actitudes impropias para alguien de su rango en una fiestecilla con unas mujeres.

Luego, se defendió diciendo que era un "fotomontaje"... cara dura!!!

Saludos desde Chile.

Roddo said...

Por estos días, uno de los ministros de Lugo sigue sus pasos... Fue sorprendido en actitudes impropias para alguien de su rango en una fiestecilla con unas mujeres.

Luego, se defendió diciendo que era un "fotomontaje"... cara dura!!!

Saludos desde Chile.